By J. Brown, Green Bay, WI
Me gustaría tomarme un momento para
contarles algo que sucedió recientemente en mi vida y cómo un programa
gubernamental ayudó a mi familia en los meses pasados.
En diciembre, mi madre sufrió un ataque cerebral mientras trabajaba en su
escuela en Carolina del Norte. Rápidamente la llevaron al hospital más cercano por
avión a un hospital de primer nivel en Charlotte. En este hospital los
especialistas y cirujanos realizaron cirugías y procedimientos para disminuir
la cantidad de sangre en el cerebro y la inflamación. Le brindaron el más alto
nivel de atención durante 7 días, hasta que mi padre tomó la difícil decisión
de permitir que se fuera de este mundo.
Afortunadamente, pude estar con ella cuando falleció y tuve la oportunidad de
hablar sobre su vida en su servicio religioso donde mucha gente que la conoció
me mostró su amor. El fallecimiento de mi madre dejó un vacío en nuestra
familia y en la comunidad. Ahora, lo tomo un día a la vez y me aferro a los
muchos buenos recuerdos que tengo de ella.
Como pueden imaginarse, los costos de la atención médica que recibió mi madre
fueron muy altos. Ella no tenía seguro médico a través de la iglesia que
dirigía la escuela donde ella trabajaba. Mi padre tampoco nunca tuvo seguro de
salud propio ya que el es un instalador de azulejos que trabaja por cuenta
propia.
Mi padre es un republicano conservador y mi madre siempre votó de la misma
manera, a pesar de que era una demócrata registrada. Ninguno de ellos quería
obtener el seguro de salud a través del programa gubernamental creado por la
Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, que a menudo se conoce como Obamacare.
Sin embargo, se inscribieron a fines de 2017 para evitar la sanción del
gobierno, pagando un total de aproximadamente $ 2.50 por mes por la cobertura. Esta
decisión de obtener cobertura a través del gobierno salvó a mi familia de la
ruina financiera. El costo de la hospitalización de mi madre hubiera sido de
alrededor de $ 150,000 sin seguro. En cambio, a mi padre le han facturado
alrededor de $ 2,900. Las donaciones de familiares y amigos podrán cubrir la
mayor parte de ese costo.
Nuestra familia está muy familiarizada de cómo las facturas médicas pueden dañar
a una familia. En 1996, mi madre tuvo un cáncer de tiroides, que ella superó.
Pero, mi padre todavía está pagando las facturas que nuestra familia recibió
mientras mi madre estuvo en el hospital durante ese tratamiento. Esas facturas
hicieron que a mis padres les resultara muy difícil pagar la hipoteca, comprar
vehículos, poner gasolina en el auto, pagar la comida y cubrir los muchos
gastos que tuvo mi familia. Enviarme a mí y a mis hermanos a la universidad era
imposible porque el dinero simplemente no estaba allí. Esas deudas hicieron que
todas nuestras vidas fueran mucho más difíciles y pusieron mucho estrés en mis
padres.
Sin el seguro de salud que mis padres obtuvieron debido a la Ley del Cuidado de
Salud a Bajo Precio, el resto de la vida de mi padre hubiera sido mucho más
difícil. Él pudo haber perdido todo o haber pasado el resto de su vida
profundamente endeudado debido a las facturas médicas. Gracias a la Ley del
Cuidado de Salud a Bajo Precio, mi padre podrá pasar a la siguiente fase de su
vida sin la aplastante deuda que habría tenido sin seguro.
Por esa razón y muchas más, continuaré apoyando a los candidatos y causas
progresistas. Las políticas que nosotros, como demócratas luchamos para
avanzar, son importantes y por las que vale la pena luchar porque ayudan a
mejorar este país y las vidas de los estadounidenses de costa a costa.